Nos encontramos en un punto de inflexión en el que la enseñanza cambia a gran velocidad pero con un rumbo incierto. Los colegios se esfuerzan por ofrecer una educación de calidad, pero no es sencillo. Cuando buscamos ejemplos de los centros educativos más innovadores en España todos comparte la misma variable: tienen profesores creativos.
La creatividad: competencia muy valorada en el mundo profesional
Después de varias décadas centrados en los idiomas, los colegios dedican sus esfuerzos al desarrollo y entrenamiento de la creatividad entre su alumnado. Lo cierto es que la creatividad es innata de los seres humanos, especialmente cuando somos niños, pero los sistemas educativos de los países a veces impiden a los colegios lograr ese objetivo. Ahora, la meta de los centros educativos es potenciar la creatividad en los cursos de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Para ello, se debe prestar atención a dos factores esenciales: el proyecto educativo y los profesores.
Con vistas a fomentar esta capacidad entre los alumnos, los colegios deben generar un ambiente de creatividad, donde la evaluación de los proyectos, exámenes, y presentaciones mida también esa cualidad, así como el pensamiento crítico… Pero, primero, debemos enseñarles a pensar de forma diferente. Para ello, podemos impulsar un cambio metodológico con diferentes modalidades de enseñanza, que permitan a los alumnos aprender y resolver problemas de diferentes formas. Por otro lado, tenemos que darles herramientas para que puedan enfrentarse a retos nuevos. Los organizadores gráficos, el trabajo en equipo, o el design thinking pueden servir como palanca para que los alumnos se esfuercen de una forma más creativa. Al fin y al cabo, la creatividad consiste en generar soluciones originales para problemas cotidianos.
La competencia creativa de los docentes
Es difícil enseñar algo que no dominas. Por ello, si un profesor no desarrolla su lado más creativo, no será capaz de inspirarlo entre sus alumnos. Un colegio innovador, por tanto, tiene que contar con profesores creativos y curiosos, que reten a sus alumnos y se sorprendan a sí mismos. Docentes que desarrollen sus propios proyectos y los lleven a cabo dentro de la organización con el apoyo de la dirección. Profesores inquietos que se reciclen regularmente, que visiten otros colegios y que estén en contacto con las nuevas tendencias en educación a nivel mundial.
Los dos factores son esenciales para que un colegio sea innovador y en ambos casos, la dirección del centro es responsable de que se produzcan. El equipo directivo del colegio también debe ser innovador, creativo e inconformista, pero a la vez humilde para aceptar que siempre podemos seguir mejorando.
La innovación educativa en los colegios españoles
En España la innovación educativa también presta atención a una mayor personalización del aprendizaje. Cada vez es más común que los alumnos desempeñen tareas y proyectos más alineados con su nivel de competencia y conocimiento. Los colegios se adaptan más que nunca al ritmo de aprendizaje de sus alumnos y dentro de poco veremos que hay más asignaturas optativas que ayudan a los alumnos a desarrollar esas áreas donde más destacan.
Los centros más innovadores en España, los Best Schools in Spain, desarrollan modelos educativos centrados en el alumno y su experiencia educativa. Ya no es suficiente con que aprendan contenidos y competencias, sino que nos esforzamos por generar la mejor experiencia de sus vidas. La felicidad y la diversión empiezan a ser parte imprescindible de los proyectos educativos de los colegios. La cercanía y complicidad son factores críticos de éxito entre profesores y alumnos. La participación activa de las familias en la vida escolar del centro refuerza el sentimiento de pertenencia y comunidad. Y la colaboración con las empresas introduce una nueva visión sobre la educación y la sociedad en su conjunto.
Los Best Schools in Spain también innovan en sus procesos de gestión para convertirse en instituciones más modernas, más competitivas y más adaptables. La mejora de la comunicación, la selección de personal, la atención a las familias o la digitalización de los colegios ayudan a profesionalizar el sector de la enseñanza, mejorando indirectamente la calidad de la enseñanza y el nivel de excelencia educativa.